Puedo sentir que estallo de alegría o sumergirme en la más profunda de las depresiones, en sólo unos minutos.
Puedo ser tan creyente como agnóstica, tan temeraria como cobarde, tan altruísta como egoísta, tan frugal como desmesurada.
Puedo sentir que tengo el mundo en mis manos o creer que él me aplasta.
Puedo amar y odiar, confiar y sospechar, defender y atacar, reír y llorar.
Puedo sentir que sólo soy una patada o creer que el Universo gira en torno a mí.
Puedo alternar manía con depresión, seguridad con incertidumbre, intelectualidad con apasionamiento. Razón con sinrazón, consuelo con desconsuelo, mentiras con verdades.
Puedo sentir que soy benévola y maléfica, práctica y teórica, lacónica y excéntrica, fatídica y utópica.
Me lastimo y me acaricio, me agito y me sosiego, me entrego y me niego. Me oculto, me asomo, me quedo y me marcho.
Puedo sentir que nazco, y muero, y resucito... en el mismo momento en que escribo lo que escribo... y me arrepiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario